3era Etapa

Ayer fui a ver a mi nutrióloga Liliana, después de vencer muchos temores, y de convencerme que esta es la vencida me animé a ir, convencida de que es lo que necesito y es lo que quiero. Siempre ir a verla es toda una aventura, porque siempre tiene las palabras correctas en el momento adecuado, y sobre todo da lo mejor de sí. No tenía idea desde cuando la abandone, o más bien desde cuando fui yo la que se abandono a sí misma. Me dijo que no nos veíamos desde octubre, pero en primera instancia me recibió como si la hubiera vista apenas ayer, con ello tranquilizo como todos los que estamos en esto la vergüenza y la pena de haber dejado el proyecto o al menos no tenerlo al 100 por ciento.

Me dio tanto gusto verla, porque me vi ahí sentada en su nuevo consultorio, y dije es el primer paso fuerte de este año, el primero, solo eso necesitaba, todas las cosas maravillosas que me dijo, me calaron en lo más profundo de mi corazón, y no vayan a creer que hubo reproches ni comentarios recriminatorios por haber abandonado así el proceso de tajo y por haber subido un tanto desde que deje de verla. Sino que me puso a pensar, y pensar en serio, me doy cuenta realmente de la verdadera utilidad de este blog, en el cual han sido expresadas mis ideas, y como ella y como todos los que me leen se dan cuenta que poco a poco me he despegado del principal problema. YO.

Fue tan sencilla su pregunta, me dijo: que pensarías si te dijera que tienes un cuerpo maravilloso, sólo eso de entre tantas cosas, jijoles, claro que dije, esta mujer ya esta bien loca jajajaj PERDÓN pero me sacó de onda, en fin, tenía toda la razón, me dijo, tu cuerpo esta sano, se mueve, esta completo, caminas te mueves, si te faltará un brazo, entonces no tendrías un cuerpo completo, y me dijo, lo único que tiene tu cuerpo que te molesta, son unos cuantos kilos demás, es todo.

Me dijo, es que siento que te pones una meta tan alta, y no es para tanto, qué es lo que te hace falta, si pudiéramos te pasabas un rallador y te quitábamos lo que está de más y listo, se termino el problema, hagan de cuenta que me sentí pequeña, pensé que había sido muy egoísta y ciega, pero luego pensé, el supremo me ha enviado tantas señales este año que no las he querido ver, que tonta!

Entre lo que me dice mi amiga Irene, lo que experimente con la meditación de mi amigo de Costa Rica, y las palabras de Liliana, me han llenado efervescencia maravillosa, el problema como dice Liliana, es que nunca me he cuestionado porqué como de más, estoy trabajando mi mente, y a veces mi físico, pero realmente no estoy siendo profunda en mis pensamientos, qué es lo que nos hace tragar como cochis, qué nos hace falta realmente para llenarnos de otras cosas y no de comida.

Creanme que sentí tantas cosas, fue un conflicto bélico en mi interior, que cuando salí de verle, no sabía si ponerme a llorar o gritar de ofuscación, o guardar silencio para siempre, y como dicen en México, me cayeron muchos veintes... que veintes, como tostones! Lo primero que hice fue pensar, y pensar y pensar y pensar, fui al súper por mi nuevo menú, pero no estaba ahí, estaba en otro canal, pensando y pensando en las palabras de Liliana, esta mujer intenta nutrirme el espíritu con dietas pero sobre todo con sus palabras, y yo necia en negarme ante los avisos que se me ponen enfrente con flechas iluminadas y campanadas sobre mí y yo en la lela.

Evidentemente tengo que tener mucha fe en mi primeramente, y sí sus palabras, las de mi amiga PG, las del propio Oliver mi esposo, y las que están muy dentro de mi corazón son ciertas, estaré curada de mi. Lo que pasa es que yo no me he perdonado, y no he sabido perdonar las experiencias del pasado, y tristemente la obesidad no es una enfermedad del estómago ni de la boca, es una enfermedad que está en el alma, y que es un lastre que no nos deja vivir, y que es una piedra en el zapato, y que es una carga extra física, moral y espiritualmente. Tenemos tantas cosas que agradecer, que tenemos un cuerpo maravilloso que detestamos porque no está como lo imaginamos, y porque nos llenamos de cosas que ni saboreamos para sustituir otras que están cual vil gusano en nuestra mente, qué tenemos que hacer para cambiar, pues primero que nada aceptarnos, vernos como un ser chingón que ha logrado miles de cosas, que tiene muchos amigos, mucha familia, mucho trabajo, mucho amor por recibir y por dar, y que esto si lo viéramos de distinta manera seriamos seres renovados y con mucha luz.

Fue tan clara la imagen en mi mente, de que con una raspada se iba lo que tengo extra en mi maravilloso y hermoso cuerpo perfecto, que pensé es como sacudirme, sacudirme de todo, lo negativo y perderle importancia a la comida, que se ha convertido en otro miembro de mi familia, en un trabajo más y en el problema principal para lograr ser feliz plenamente, y la verdad, para que le voy a dar poder a algo que solo me da energía para disfrutar de la vida, así que la comida no lo es todo, ni es tan importante, tengo que dedicarme tiempo a mi, para pensar, para meditar, para relajarme, para nutrir mi cuerpo, pero no de solidificantes sino de efervescencia espiritual, y agradecer al supremo por tantas maravillas, por tomarse el tiempo de enviarme tan cálidos mensajes, y por haberme hecho este maravilloso blog, que esta sacando de raíz mis más arraigados temores.

Este día disfrutaré al máximo mis alimentos, los mentales, los físicos y los espirituales, este día es único y no lo voy a desperdiciar. Me doy a mi misma muchos besos y abrazos, y deseo de todo corazón que todos los que me leen y han seguido conmigo, lo sigan estando.